Hubieron dos cosas que me hicieron reaccionar una vez me hablaron desde Veracruz que fuera a recoger a mi mamá porque no quería salirse de la casa de unos familiares lejanos, después de que nosotros la habíamos buscado por todos lados sin encontrarla. En otra ocasión llegó a mi casa tocó y al abrir vi que se había caído y tenía una herida en la ceja. Decidí llevármela a vivir conmigo y mi familia, lo cual hicimos por un periodo de seis meses. Debido a mi trabajo el cuidado de mi mamá quedó a cargo de las personas que me ayudaban con el aseo. Al ser mi mamá una persona de carácter fuerte, con problemas de demencia senil, la situación se complicó al punto de casi romper la familia. En ese momento busqué ayuda, recurrí a varias estancias en las que no me atreví a dejarla hasta que seleccioné una donde desafortunadamente no contaban con los estímulos que ella necesitaba para su condición de Alzheimer y EPOC. Debido a esto, me di a la tarea de diseñar un concepto que le proporcionara los estímulos adecuados que ella necesitaba con lo cual logré la tranquilidad de ver que mi mamá limpia, bien alimentada, estimulada, con el seguimiento de sus consultas y medicamentos y sobre todo acompañada. Gracias a estos cuidados tuve la fortuna de contar con mi mamá en buenas condiciones por 8 años. Con esta motivación continúa mi compromiso de darle a los abuelos la mejor experiencia posible en estancias en donde tengan sus necesidades atendidas y se sientan acompañados, apapachados con calor de hogar. Te invitamos a considerarnos entre tus opciones y venirnos a conocer.
Romina R.